«Decid a la hija de Sión:
tu Rey viene a ti,
manso y sentado sobre un asno,
sobre un pollino, hijo de animal de carga.»
tu Rey viene a ti,
manso y sentado sobre un asno,
sobre un pollino, hijo de animal de carga.»
Mateo 21, 1-11
Este Domingo de Ramos que nos introduce en la Semana
Santa, asocia dos momentos radicalmente contrapuestos: el "hosanna",
los saludos de júbilo, y el "¡crucifícalo!", el odio y el desprecio.
¿Por qué este cambio radical de actitud? ¿Por qué este definitivo rechazo:
"¡A ése no! ¡A Barrabás!... a ése ¡crucifícalo, crucifícalo!"?
Una posible explicación es la manipulación a la que nos vemos sometidos todos. Como sucede en nuestros días, quien carece de sentido crítico tiende a plegarse a la "opinión pública", a "lo que dicen los demás", dejándose arrastrar fácilmente en sus opiniones y acciones por lo que "la mayoría" piensa o hace.
¿Cuántas veces arrepentidos, emocionados, convencidos de que Cristo es la respuesta a todas nuestras búsquedas de felicidad, de que Él es el Señor, le abrimos las puertas de nuestra mente y de nuestro corazón, lo acogemos con alegría y entusiasmo, con palmas y vítores, pero poco después con nuestras acciones y opciones opuestas a sus enseñanzas lo expulsamos y gritamos aquel terrible "¡crucifícalo!", porque preferimos al "Barrabás" de nuestros propios vicios y pecados?
¡También yo me dejo manipular fácilmente por voces seductoras, también yo me dejo influenciar y seducir ingenuamente por las voces engañosas de mis propias concupiscencias e inclinaciones al mal, que me prometen la felicidad que anhelo vivamente, si a cambio le ofrendo mi vida a los ídolos del poder, del placer o del tener! Y así, ¡cuántas veces, aunque cristiano/a de nombre, grito: "¡A ése no! ¡Suelta a Barrabás! ¡A ése sácalo de mi vida! ¡A ése crucifícalo!"!
¡Qué importante es aprender a ser fieles hasta en los más pequeños detalles de nuestra vida, para no crucificar nuevamente a Cristo con nuestras opciones y acciones! ¡Qué importante es desenmascarar, resistir y rechazar aquellas voces que sutil y hábilmente quieren ponernos en contra de Jesús! ¿Qué elijo yo? ¿Ser fiel al Señor o cobarde como tantos? Así descubro cómo mi "hosanna" inicial se transforma rápidamente en un traidor "crucifícalo".
Apóstol
prismagotico.blogspot.com
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