sábado, 18 de marzo de 2017

El despertar de la conciencia. William Holman Hunt (1827-1910).





El despertar de la conciencia. William Holman Hunt (1827-1910).


El despertar de la conciencia en una obra del célebre pintor inglés William Holman Hunt, miembro de la Hermandad de los Prerrafaelitas, famoso por reflejar en su obra el sentimiento más profundo del cristianismo victoriano. 

En este cuadro podemos observar como una joven se siente sorprendida, levantándose bruscamente del regazo de un hombre. Su postura indica que lo hace como reacción a algo visto u oído fuera de la casa. A primera vista se trata de una escena doméstica en un entorno confortable, pero la pintura victoriana no suele reflejar tanta intimidad entre ambos sexos, y aunque la protagonista esté cargada de anillos, ninguno es de de pedida, digamos una alianza. Es una “mantenida”, una amante. La rodean muchos símbolos de cautiverio; el reloj encerrado en una campana de cristal, el pájaro cazado por el gato, y de vida desperdiciada, como el tapiz inacabado, la partitura de Tears en el suelo…  Lo que mira es el mundo que hay fuera de su prisión de barrotes dorados, un mundo más feliz, visto en el rayo de sol que ilumina la esquina inferior derecha del cuadro, y reflejado en el espejo del fondo. 

El cuadro es una expresión directa del resurgimiento religioso que afectó a todos los sectores de la Iglesia anglicana a mediados de la época victoriana; religiosidad a la que, sin embargo, ofendió el tema de la obra, y es que la sensibilidad de aquel entonces se molestaba hasta con pinturas de hombres junto con mujeres hablando libremente en el mismo vagón de un tren.
Aunque actualmente cueste un poco entender la situación de la joven del cuadro, no deja de ser una acertada plasmación de una emoción espiritual.
1853. Óleo sobre lienzo. Se encuentra en Tate Collection, Londres.

Para saber más: 1001 pinturas que hay que ver antes de morir. Grijalbo.



William Holman Hunt fue un pintor británico, uno de los fundadores de la Hermandad Prerrafaelita. Aunque estudió en la Royal Academy of Arts, rechazó el estilo impuesto por su fundador, Sir Joshua Reynolds. Fundó en 1848, junto con Dante Gabriel Rossetti y John Everett Millais, la Hermandad Prerrafaelita, asociación que propugnaba un retorno a lo espiritual y sincero en el arte, despreciando la pintura académica, que consideraban una mera repetición de clichés. Para ello, proponían inspirarse en los primitivos italianos y flamencos del siglo XV, anteriores a Rafael.


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martes, 14 de marzo de 2017

La Petite Mort.



 Sin palabras...


La Petite Mort forma parte de una campaña de comunicación desarrollada por seisgrados.
La campaña desarrollada para Late Chocolate consiste en una una serie de historias de mujeres, que se comunicarán solo por Internet. La Petite Morte es la primera de ellas y utiliza la Animación Kinética para contarla.
Creditos:
Concepto & Desarrollo de la campaña: seisgrados
Dirección de arte: seisgrados
Elaboración de historias: seisgrados
Producción de la Animación: Xnographics
Cliente: Late Chocolate




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En otoño. Mensaje hallado dentro de una botella.





EN OTOÑO. Mensaje hallado dentro de una botella.


(Im Herbst)

El bosque amarillea, se caen las hojas,
¡qué vacío y silencioso se vuelve todo!
Sólo los arroyitos en el hayedo,
pasan dulcemente, como en sueños,
ya las campanas anuncian la mañana
desde la linde del bosque.
¿Qué fuerza me arrastra
hacia esta soledad?
El tañido de las campanas me recuerda
los dulces años de mi infancia...
Con temor me doy la vuelta,
¡qué lejos está el objeto de mi amor!
¡Emerged, viejas canciones
y romped mi corazón!
Aún saludo a lo lejos
a la causa de mi amor,
pero parece arrastrarme, con tristeza,
hacia abajo, hacia la tumba.





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domingo, 12 de marzo de 2017

Beatrice Cenci.















En el mismo lugar donde San Pedro fue crucificado, se alza un pequeño templo, medio griego, medio cristiano: es la iglesia de San Pedro en Montorio. A los pies del altar se halla la losa de una tumba que se identifica por una cruz con una sola palabra: «Orare». Bajo la losa está enterrada Beatriz Cenci.
Hay una mezcla de ficción y de realidad histórica, fundamento de una leyenda en la que se han inspirado tragedias, óperas y novelas, entre otras una de Stendhal, “Les Cenci”. En la galería Berberini de Roma hay un retrato de Beatrice Cenci, atribuido a Guido Reni. 
 

La leyenda evoca la muerte trágica de Beatrice Cenci. En la Italia del siglo XVI los señores feudales cometían toda clase de desmanes. Entre ellos se distinguía Francisco Cenci, quien había asesinado a su esposa con el fin de conseguir los favores de Lucrecia Petroni, una noble matrona romana. Aunque esta se había negado en un principio a sus deseos, terminó por consentir en casarse con él. Los hijos de Cenci, Jacobo, Bernardo y Beatrice, celebraron estas nupcias con la confianza de que su padre mejoraría de conducta, pero no sucedió así, pues pronto se cansó de su segunda esposa y decidió trasladarse a un castillo lóbrego, donde impuso a todos los suyos numerosas vejaciones. La familia se conjuró para darle muerte, sin contar con Beatrice por su virginal candor, y encomendaron la fechoría a un sicario con la promesa de enriquecerle. Al cabo de un año, el asesino, estando a las puertas de la muerte, confesó su crimen y culpó a quienes le incitaron a hacerlo. El papa Clemente VIII ordenó entonces encarcelar a los miembros de esta familia y someterlos a juicio. Estos confesaron su participación en los hechos, salvo Beatrice, que se mantuvo firme en su inocencia, a pesar de sufrir horribles tormentos durante los interrogatorios. No obstante, terminó por admitir su culpabilidad, creyendo que de esta forma salvaría a sus hermanos, pero fue un sacrificio inútil, pues, salvo el hijo menor, los demás murieron en el cadalso. Beatrice supo demostrar en los últimos instantes de su vida un gran valor y serenidad.

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Tradición floral.










Recordar a los muertos es una parte fundamental

Recordar a los muertos es una parte fundamental del ritual asociado con la muerte.

El acto de recordar en forma colectiva cuando nos reunimos en un funeral ofrece la esperanza de que mientras nuestros seres queridos no sean olvidados, su presencia continúa a través de los recuerdos que ellos dejan atrás.


Las flores y el simbolismo que las acompaña ofrecen un tributo viviente a los muertos, algo que las culturas del pasado han reconocido.Por ejemplo, hay evidencia firme de que en la época romana, se han utilizado las flores para adornar los cuerpos.

Referencias Bíblicas.

Según la leyenda, los claveles de color rosa aparecieron por primera vez en la Tierra mientras Jesús llevó la cruz. La Virgen María derramó lágrimas de tristeza y los claveles se originaron de donde cayeron sus lágrimas.
El romero toma su nombre de la Virgen María, ‘Rose de María “, y también se asocia con el recuerdo de los muertos.
Se cree que cuando la Virgen María estaba huyendo de los soldados de Herodes colgó su capa en un arbusto de romero y por la mañana las flores habían cambiado de blanco a azul.
Shakespeare reconoce esta asociación cristiana cuando Ofelia llora la muerte de su padre en ‘Hamlet’ y trae romero para su funeral. “Aquí hay romero, eso es para tu recuerdo. Orar, que el amor, recuerda.’ (Hamlet, 1V.5)
Las flores son también un punto focal unificador para la conversación y el recuerdo, pues su importancia a menudo impulsa el intercambio de recuerdos de los difuntos y ofrece comodidad a la familia. Ellas pueden ofrecer una esperanza de renovación y de un más allá, como lo vemos en la asociación de ciertas flores con la resurrección de Cristo.
Las flores simbolizan el ciclo natural de la muerte y la renovación, por un lado, y también ofrecen una edificante y duradera imagen visual en un día de gran tristeza.


Evidencia Neolítica

La asociación cristiana con las flores y el recuerdo está bien documentado, pero las flores también son anteriores a la muerte de Jesús.
Evidencia de polen ha sido encontrada en cámaras funerarias neolíticas que cubren los cuerpos de los difuntos llevando a la especulación de que el uso de las flores es una indicación de que el hombre prehistórico también creía en la posibilidad de una vida futura.
Así como las flores pueden proporcionar comodidad visual y espiritual, históricamente sirvieron a un propósito más utilitario.
El romero, asociado con la Virgen María, también tenía una finalidad práctica, pues su fuerte olor ayudaba a enmascarar el aroma acre de la muerte.
A lo largo de la historia, se utilizaron flores fuertemente perfumadas y hierbas aromáticas en los entierros y en las casas en las que era habitual arreglar el cuerpo antes del entierro.


Prácticas Victorianas
En la época victoriana, donde el cuerpo del fallecido era presentado en su casa durante varios días, una gran variedad de ofrendas florales era una necesidad.
Los victorianos fueron responsables de algunas de las costumbres que asociamos a los entierros y ofrendas florales en la actualidad. Muchas de las formas de las ofrendas florales se originan en gran parte de este período en el que el tamaño, forma, color y, a veces la grandeza de las flores era una parte importante de al ofrecer tributo.
En las calles de Londres y otras ciudades y pueblos de hoy, todavía es posible ver los coches fúnebres tirados por caballos adornados con grandes y sinceras ofrendas florales en forma de ‘mamá’ o ‘papá’, o tal vez una guitarra o un balón de fútbol en función de los intereses de los difuntos.


Fe y cultura funerarias

Aunque algunas de las tradiciones funerarias que heredamos de los victorianos son todavía populares, Gran Bretaña hoy en día tiene una población más diversa con una variedad mucho más amplia de culturas y religiones. Es importante recordar que en diferentes religiones y culturas, las flores han variando su sentido y significado:
En la fe judía ortodoxa, las ofrendas florales están prohibidas, así como acomodar o plantar flores en las tumbas. Durante los funerales hindúes, las mujeres ponen flores a los pies del cuerpo. Es tradicional para los visitantes que a los familiares del difunto les lleven regalos de fruta en lugar de las flores. Las costumbres funerarias si permiten el envío de flores. En los ritos funerarios islámicos no es apropiado para las flores adornar el cuerpo o ser enviadas a los parientes en duelo. En la tradición china, el crisantemo blanco es un símbolo de lamentación, sin embargo, en los Estados Unidos es considerado como un símbolo de la felicidad y la alegría. El blanco es el color que más se asocia con el luto y las flores, en especial dentro de la tradición cristiana, ya que es un símbolo del amor de Cristo.






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domingo, 26 de febrero de 2017

Enoc y los Vigilantes.



"Cada cosa visible en el mundo
está puesta a cargo de un ángel".

San Agustín








Enoc y los Vigilantes


 

En 2002 el periódico británico The Sunday Telegraph reportó que el Vaticano había prohibido la veneración de aquellos ángeles que no aparecen en los textos aprobados de la Biblia.

Ésta era una tentativa de contrarrestar la influencia de grupos anónimos New Age que estaban supuestamente reclutando a nuevos miembros dentro de La Iglesia Católica.

En el futuro, los rezos eran sólo para ser dirigidos a los tres únicos arcángeles que son mencionados en la Biblia (Miguel, Gabriel y Rafael). Según el apócrifo y prohibido Libro de Enoc éstos fueron los seres angelicales responsables de encadenar a los malvados ángeles caídos, o Vigilantes, que habían transgredido la ley de Dios.

Confesiones de una mujer. Guy de Maupassant (1850-1893)












Confesiones de una mujer.

Amigo mío, me ha pedido usted que le cuente los recuerdos más vivos de mi existencia. Soy muy vieja, sin parientes, sin hijos; puedo, pues, libremente confesarme con usted. Prométame sólo que jamás revelará mi nombre.

He sido muy amada, usted lo sabe; y a menudo amé yo también. Era muy hermosa; puedo decirlo hoy, cuando ya nada queda. El amor era para mí la vida del alma, como el aire es la vida del cuerpo. Hubiera preferido morir a existir sin ternura, sin un pensamiento siempre clavado en mí. Las mujeres pretenden con frecuencia no amar sino una sola vez con todo el poder de su corazón; con frecuencia me ocurrió que amaba tan violentamente que me parecía imposible que aquellos transportes finalizasen. Y sin embargo se extinguían siempre de una forma natural, como un fuego falto de leña.

Le contaré hoy la primera de mis aventuras, en la que yo fui muy inocente, aunque determinó las otras.