Este es uno de los romances anónimos más populares
aquí en España. Muy simple y muy fácil de acompañar a la guitarra, normalmente
es parte de la primera enseñanza auditiva del párvulo en sus prmieros días de
aula.
Se conocen más de 75 versiones, entre peninsulares,
americanas, judías y combinadas con versiones de otros romances. El romance del
Conde Olinos ha pasado de generación en generación durante siglos siendo
exportado a todos los lugares del mundo en donde los españoles han estado
presente.
La trágica historia de amor está pensada para el final
feliz, incluso más allá de la muerte.
Espero que os guste.
Romance del Conde Olinos
Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar. Mientras el caballo bebe canta un hermoso cantar: las aves que iban volando se paraban a escuchar; caminante que camina detiene su caminar; navegante que navega la nave vuelve hacia allá. |
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Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real
-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar, que si mata al conde Olinos juntos nos han de enterrar! -¡Que lo maten a lanzadas y su cuerpo echen al mar! Él murió a la media noche; ella, a los gallos cantar. A ella, como hija de reyes, la entierran en el altar, y a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás. |
De ella nace
un rosal blanco;
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.
prismagotico.blogspot.com
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.
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