martes, 9 de mayo de 2017

Azazel.






Azazel, el líder de los Vigilantes, como ya se mencionó, era identificado con Lucifer o Lumiel.

En el Corán se dice que Lucifer-Lumiel (Iblis) se rebeló contra Alá porque se le dijo que se inclinara y adorara al "hombre de la tierra" nacido del barro, Adán, lo cual rechazó. Él fue obligado a luchar en el Cielo con el arcángel Miguel y su Ejército del Señor.

Como resultado, Lumiel y sus ángeles rebeldes fueron expulsados del Cielo y cayeron a la Tierra. Aquí Lumiel se convirtió en el "Señor del Mundo", y en la mitología cristiana él fue falsamente identificado con el monstruo imaginario Satán (hebreo ha-Satán = el adversario, el acusador).

Sin embargo, esotéricamente en la tradición luciferina, Lumiel o Lumial no es una figura satánica malvada que atrae a la especie humana a la tentación y a malas acciones, como la Iglesia lo representa, sino que él es,"el ángel de Dios [que] se rebeló contra el orden cósmico estático y establecido, y puso en movimiento las fuerzas de cambio y evolución".


[Stephen Flowers, Fire and Ice, 1990, pp. 43-44]

Es posible que Lumiel pueda haberse originado en Canaán como Shahar, el dios de la estrella de la mañana (Venus). Él tenía un gemelo llamado Shalem, quien también era simbolizado por el planeta Venus, pero como la estrella vespertina. Estos divinos gemelos brillantes y oscuros representaban la luz solar que emerge desde la oscuridad de la noche al amanecer y que desciende a ella al anochecer.

Ellos eran los hijos de la diosa Ashera [o Astarté o Astarot], y hay pruebas arqueológicas del Oriente Medio de que los hebreos adoptaron la adoración de aquélla cuando se establecieron en Canaán y de que practicaron su adoración junto a la reverencia hacia el tribal dios de la tormenta Yahvé.

El Antiguo Testamento contiene varias referencias a la continua adoración de Ashera como "Reina del Cielo" por los supuestamente monoteístas hebreos. Aquello tenía lugar en santuarios en arboledas sagradas en las colinas, donde hacían ofrecimientos de pasteles e incienso a la diosa. En la mitología cananea, Shahar, como el Señor de la Estrella de la Mañana, fue echado del Cielo por desafiar al alto dios El en la forma de un rayo. En aquella forma él fertilizó a la Madre Tierra con su fuerza fálica divina.

Azazel es representado como un herrero metálico y un hechicero o mago que trabaja con fuego. Él también ha sido comparado con el primer herrero bíblico, Tubal-Caín, un descendiente del semi-humano y semi-angélico Caín, "el primer asesino". El nombre actual Azazel ha sido diversamente traducido como "dios de la victoria", "la fuerza de Dios", "el dios fuerte" e incluso "el dios cabra".

En el apócrifo Apocalipsis de Abraham, él es llamado "el señor de los paganos", sugiriéndose que él había sido al principio un dios pagano.

Él también ha sido identificado con la serpiente del mito de Edén que sedujo a la primera mujer y "Madre de Todos los Vivientes", Eva. En un texto persa conocido como el Urm al-Jibab o el Libro Primordial, que data del siglo VIII d.C., se dice que el ángel Azazil o Azazel rechazó reconocer la superioridad de Adán sobre los ángeles.

Por lo tanto Alá lo expulsó a él y a sus ángeles rebeldes del reino celestial para que viviera en la Tierra. Más generalmente en el folklore islámico Azazel o Azrael es el ángel de la muerte, y actúa como un guía para las almas de los muertos.

En Levitico 16:8-10 y en los Rollos del Mar Muerto está registrado un curioso ritual hebreo que presenta a Azazel como el nombre para el "chivo expiatorio" que se lleva los pecados comunitarios de Israel.

Allí se dice que el sumo sacerdote Aarón tomó dos cabras del rebaño y echó suertes (adivinación practicada) para elegir cuál sería el chivo expiatorio y sacrificado como una "ofrenda por el pecado".

Los Rollos del Mar Muerto dicen que el sumo sacerdote confesaba todas las "impurezas de los hijos de Israel" sobre la cabeza de la cabra Azazel.

Mediante este acto ritualmente simbólico él transfería al infortunado animal toda la culpa y pecados de ellos, de manera que pudieran ser absueltos de los mismos. La cabra era entonces echada al desierto para morir o arrojada por un precipicio para que se rompiera en pedazos en las rocas debajo.

Este concepto antiguo y arquetípico del chivo expiatorio sacrificado por los pecados de la raza humana y abandonado en el desierto, es un motivo poderoso y potente que aparece varias veces en los mitos bíblicos. Puede ser visto en la historia de Caín, que se convierte en un vagabundo exiliado en la Tierra, después de ser marcado por Yahvé y desterrado al "Este de Edén" después de matar a su hermano Abel.

En una leyenda judía el sabio rey Salomón, un poderoso mago que podía invocar y controlar a los demonios, cayó de la gracia porque él "se prostituyó en pos de dioses extranjeros". Él fue obligado por Yahvé a dejar Jerusalén y a vagar en el desierto disfrazado como un mendigo.

También después de su éxodo tras la esclavitud en Egipto, Moisés y los israelitas se vieron obligados a pasar cuarenta años vagando en el desierto antes de que se les permitiera entrar en la Tierra Prometida (Canaán). En la antigua mitología egipcia, el dios de la oscuridad Set es representado como un divino marginado que habita en el desierto, y Lilith o Liliya, la primera esposa de Adán, después de que abandonó a éste, huyó al desierto lejos del hábitat humano.

En el Nuevo Testamento Jesús deambuló en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches. Él no fue aceptado como maestro en su propia ciudad de Nazaret, y fue rechazado como el Mesías prometido por su gente. Cuando Jesús fue crucificado, él simbólicamente asumió el papel del chivo expiatorio sacrificial que muere para limpiar los pecados de la raza humana.

Es posible que la descripción del ritual del dios-cabra Azazel pueda haber sido un rito de equinoccio de otoño o de cosecha, de origen sirio, hitita o cananeo, adoptado por los hebreos.

Originalmente una cabra habría sido seleccionada por medio de un ritual de adivinación y luego ofrecida a un dios o demonio del desierto que tenía que ser aplacado mediante derramamiento de sangre.

Finalmente el sacrificio fue hecho  a Yahvé como una petición para que perdonara los pecados de sus seguidores.

Se creía popularmente que Azazel tenía un séquito de demonios en forma de peludos machos cabríos conocidos como los se'irim, los cuales, tal como los Vigilantes, deseaban a las mujeres humanas. No puede ser una coincidencia total el que la Iglesia haya imaginado al Diablo o Satán bajo la forma de un peludo semi-humano macho cabrío con un gran falo erguido y que tenía relaciones sexuales con sus adoradoras en el sabbath de las brujas.

Semyaza es visto por algunos luciferinos modernos como el emisario de Lumiel, o como uno de sus avataras (un ser divino encarnado en forma humana).Él no sólo se enamoró de las mujeres humanas, sino también de la deidad babilónica Ishtar, la diosa del amor y la guerra. Ella prometió tener sexo con él si éste a cambio le revelaba el nombre secreto de Dios. Cuando Semyaza se lo dijo, Ishtar usó ese conocimiento prohibido para subir a las estrellas, y ella reinó sobre la constelación de las Pléyades o las Siete Hermanas.

Mientras los otros Vigilantes fueron acorralados por los arcángeles y castigados por Yahvé, Semyaza voluntariamente se arrepintió de su error y se condenó a sí mismo a colgar cabeza abajo en la constelación de Orión el Cazador, con quien él es a veces identificado en la tradición luciferina.

 [Michael Howard y Nigel Jackson, The Pillars of Tubal Cain, 2003, p. 65; Michael Howard, The Book of Fallen Angels, 2004].
 


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