Rozanna Jenner |
La imposición ata; el entendimiento fusiona. Atar es
la presión de la fuerza; entenderse es la caricia de la convicción. Atar es
adherir dos unidades usando una fuerza externa para que permanezcan juntas. Una
fuerza que a veces se llama poder, a veces conveniencia o necesidad, brutalidad
o temor obsceno.
Atar siempre es un ejercicio perecedero, porque por
potentes y enrevesados que sean los nudos, cuando con voluntad irrompible el
adherido desea deshacerlos, tarde o temprano los acaba desligando. Atan los
faltos de plumas en el alma y sobrados de arena en el cerebro. Todas las
ataduras acaban podridas. Como las cuerdas.
Entenderse es acoplarse hasta encajar, es sostenerse
mutuamente hasta fusionarse. Entenderse es renunciar a la rigidez propia y
estar dispuesto a oír, discernir y valorar la opinión ajena. Es tratar de igual
a quien le dices que es tu otro igual. No le mientes porque vas sobrado de la
energía que da el saber escuchar para entender. Porque tu triunfo no es dominar
para sostener, es el encajar para sostenerse. Como los arcos de medio punto,
esas construcciones hechas con piedras que se unen a la perfección y lo
aguantan todo por los años de los años, sin otro ensamblaje que su perfecto
encaje de las unas con las otras.Su fuerza para sostenerse empieza y acaba en
ellas mismas, en su magistral acoplamiento. No es fuerza atada, es
entendimiento fusionado.
Ángela Becerra.
prismagotico.blogspot.com
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