Me
doy de bruces con uno de los grandes románticos de la literatura inglesa, es John
Keats. Sin duda lo considero como el poeta más puro del Romanticismo; el que con
más ahínco busca la belleza; el que consigue una poesía más esencial, despojada
de todo lo accesorio. En sus Odas proyecta su mirada melancólica
sobre el amor, el dolor, el paso del tiempo…
Al
igual que sus coetáneos Keats murió joven y fuera de su patria .Murió en Roma,
a los 26 años, pobre, enfermo de la maldita tuberculosis y angustiado por la mala acogida
de sus libros.
Durante
la primavera y el verano de 1819, Keats escribía sus mejores poemas:
"Oda a una urna griega" y "Oda a un ruiseñor",
piezas clásicas de la literatura inglesa, que aparecieron en el tercero y mejor
de sus libros, Lamia, Isabella, la víspera de santa Inés y otros poemas (1820).
En este poema el
poeta oye al ruiseñor en los anocheceres de Hampstead, y su oda nacerá del
entresueño como un abrazo a lo circundante, a un mundo que el canto del ave
sensibiliza, vuelve acorde. La idea del poema nace cuando el ruiseñor,
el ruiseñor que canta por fina maestría, hiere de música al poeta en medio de
su abandono silvestre, y tanta felicidad sonora le duele, no por envidia sino
por sobreabundancia de gozo. El corazón le duele porque ningún corazón soporta
sin dolor la felicidad extrema, esa explicación indecible.
Qué
casualidad, estas noches tan calurosas ya empiezan a oírse los primeros cantos
del ruiseñor aquí en donde vivo.
Que
tengáis un buen día.
prismagotico.blogspot.com
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